Con sonrisa en todo momento, agradable conversación, resuelta a los retos, comprometida y de conciencia social, Andrea Tovar Saavedra comparte su vida, las oportunidades y vientos en contra que ha tenido que enfrentar para abrirse camino en una realidad social que, comenta, fue descubriendo desde su infancia.
Abogada de profesión, actualmente forma parte de la LX Legislatura local por Morena; en su reciente participación en la jornada electoral del 2 de junio, fue beneficiada con el voto de la ciudadanía, lo que le permitirá formar parte de la LXI legislatura, brindando un escaño para su instituto político.
Queretana de nacimiento, Andrea es la segunda hija del matrimonio entre Alberto Tovar, originario de Coahuila, y Dulce Saavedra, de Querétaro. Su hermano mayor de nombre Alberto y su hermana menor, Ana Lucía, le han acompañado en sus juegos de infancia y en su desarrollo profesional.
Recuerda con agrado que en su infancia fue una niña muy traviesa, trepaba árboles, jugaba con lodo, los quemados o arrojar piedras, disfrutaba mucho ir a la casa de su abuelo materno, en Huimilpan, donde regularmente asistían los fines de semana y el 15 de septiembre era pasarlo ahí.
Desde niña, comenta Andrea, su madre se percató de lo empática que era.
– Dice mi mamá que desde chiquita era muy empática. Cuando veía algún niño o niña con carencias, le reguntaba a mi mamá ¿mamá le podemos dar de comer? ¿podemos ayudarle?, mira esta niña está llorando, dame una pomadita. Siempre fui muy ayudadora.
Recuerda que una ocasión, jugando con sus amigas, una de ellas se separa del juego para auxiliar a su mamá, víctima de una agresión familiar y, aunque nunca se volvió a tocar el tema, ese pasaje influyó, comenta, para defender a las mujeres.
– Mi mamá me explicó que mi amiga ayudó a su mamá porque no se podía defender. Hay que tener mucho valor para decirle a tu mamá, yo te voy a ayudar.
“Siempre he sido rebelde”, afirma Andrea al hablar de su etapa adolescente, siempre preguntando el or qué de las cosas, desafiando a sus papás, que le ponían un límite ante sus solicitudes de algún ermiso para salir al cine u otro lugar.
Justo en esta etapa de adolescente, se integra a las porristas del equipo de futbol americano del Instituto Tecnológico de Querétaro, donde jugaba su hermano, lo que le permitió tener más amistades, “siempre fui muy amiguera y esas actividades me mantenían ocupada y ayudaron a no ser tan rebelde”.
Es ahí donde interactúa con jóvenes distintos a los de su escuela, pues su formación
académica, desde preescolar hasta preparatoria, la cursó en instituciones particulares “algunos los chavos no tenían dinero para las temporadas, porque son caras las temporadas. Mis papás eran los manager y los becaban, les ayudaban, los llevaban a los entrenamientos ¿por qué hay unas diferencias entre una casa y otra?”.
“Yo creo que de ahí nacen mis ganas de estudiar derecho”, señala Andrea, al platicar que su intención era estudiar Derecho en Monterrey, pero su abuela le dio el consejo para que se quedara a estudiar en la Universidad Autónoma de Querétaro.
Reconoce que la UAQ es el parteaguas en su vida, pues en la licenciatura que eligió había hijos de magistrados, de notarios o de jóvenes que pagaban sus propios estudios. “En ese momento, comienzo a desarrollar más la conciencia social, mucho más enfocada”.
Conforme narra su vida universitaria, Andrea Tovar se va acercando más a su incursión al servicio público, pues al concluir sus estudios, inició como pasante en un despacho que cobraba carteras vencidas, luego, apoderada legal de una institución de crédito.
Posteriormente, entra al Poder Judicial con Celia Maya, quien la invita a colaborar con ella como taquimecanógrafa; con el tiempo, comienza hacer autos en un juzgado familiar, donde, confiesa, al leer los casos “la realidad supera la ficción doscientas veces”.
Pasa el tiempo y Celia Maya pide licencia para su candidatura, sin embargo, el voto no le benefició, por lo que regresa al Poder Judicial; en el 2018 Andrea fue suplente de Celia Maya y no ganaron, pero para el 2021 nuevamente le hace la invitación para una candidatura plurinominal “la tercera es la vencida y ¡trikitrácatelas! ¡quedamos! Me puse a estudiar, como siempre lo he hecho. Conformé mi equipo, aprendí a subirme a tribuna”.
Resalta que no hay pleno al que llegue sin haber leído toda la Gaceta, sabiendo qué va a votar y por qué va a votar, como en los casos del 5 de marzo, el tema del agua y, actualmente, el tema del Fiscal, reconociendo que han sido tres años de mucho aprendizaje, donde, incluso, ha tenido que desmitificar que los morenistas son ignorantes.
“Llego a esta legislatura con muchas ganas”, afirma, luego de referir que la 60 fue una legislatura dividida, donde cada quien hace lo que quiere, donde no se piensa en el proyecto, y agrega: “estoy emocionada por lo que viene y porque es un gran reto, en esta (legislatura actual) podemos decir que no somos mayoría, pero en esta que viene no se va a poder decir eso. Yo me estoy preparando en lo que me toca, con los temas que yo traigo”.
Asegura que llegar a la LXI Legislatura se debe a su campaña ‘de piso’, visitando casa por casa, donde la gente le brindaba su confianza, aunque también recibió reclamos “y hay que escuchar, porque como legisladores debemos entender qué sí nos toca y qué no. Me gusta cumplir y no mentir. No es necesario mentir a la gente para ganar. La gente está superpolitizada, sabe mucho”.
Para Andrea Tovar, Querétaro es amor, mientras que su platillo favorito son los chiles en nogada y considera que la juventud es un tesoro, donde la palabra mujer le evoca equidad; para ella, la justicia y la austeridad son temas necesarios, mientras que la glosa se refiere a resultados. Reconoce que la educación es un tema importante, que la historia le encanta y en Morena ve aliados.