Convencido de que la política es una herramienta para llegar a la justicia, Arturo Maximiliano García Pérez nos comparte que disfruta el deporte, la lectura, el cine, la adrenalina que le genera la política y el sentimiento de orgullo que le da el ser queretano, además de ser una persona muy sociable.
Su familia es queretana, de muchas generaciones, que tiene origen en el municipio de Amealco, aunque Arturo Maximiliano ya nace en la capital queretana “somos orgullosamente queretanos”.
El desarrollo de su infancia fue en el Centro Histórico, principalmente en las calles de Madero y Régules “era mi ambiente de muy pequeño”, recuerda mientras continúa narrando que, cuando niño, le gustaba ir con sus amigos o su familia a los jardines y plazas del centro, ahí aprendió a andar en bicicleta, aunque le costó varias caídas -ríe mientras lo narra- “añoro la vida en el centro, donde había cordialidad, civilidad, fue un Querétaro muy bonito”.
Los carritos le gustaban para jugar en el piso, aunque sus favoritos eran los balones de futbol y las pelotas de tenis; recuerda una raqueta de madera, con la que rebotaba su pelota contra la pared.
Esos juegos lo llevaron a practicar varios deportes, como natación, tenis, futbol, correr medio fondo, 5 o 10 kilómetros, frontenis, principalmente los deportes de raqueta y el futbol americano, siendo los Steelers el equipo al que le va.
Su época de estudiante la pasó, desde la primaria hasta la preparatoria, en el Instituto Queretano San Javier, para luego cursar la licenciatura en derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro, “aunque siempre he sido muy sociable, relajiento y pachanguero, en la escuela me ganó el estudio”.
“Elegí mi carrera por convicción, porque siempre he pensado que las leyes son fundamentales para cualquier actividad de la vida y, ahora con la política más. Hubo una influencia de mi papá que fue abogado, litigante muy destacado y le agarré el gusto a la parte jurídica”, señaló con seguridad.
Desde la secundaria, en los veranos, Arturo Maximiliano acudía a trabajar con su papá, y, a través de la lectura, las pláticas con su papá, el entorno en el que se desenvolvía, fue descubriendo que “la política debe ser un instrumento para alcanzar la justicia”, lo cual viene a reconfirmar en su actividad dentro de la misma.
Aunque disfruta tener una agenda llena y programada con dos semanas de anticipación y la adrenalina que le genera la política, Arturo Maximiliano García Pérez también disfruta su tiempo libre leyendo, haciendo deporte, en el cine o viendo series de televisión; agrega que le gusta mucho el periodismo.
En su carrera política participó en las recientes elecciones del 2 de junio, lo que le permitió un lugar en la LXI Legislatura local, en donde se mira en un futuro inmediato lleno de trabajo, impulsando leyes y vinculando la gestión con los ciudadanos. Se reconoce con madurez personal y política.
Para Arturo Maximiliano, si hay algo que le molesta, “es la gente incivilizada, la gente cerrada al diálogo”, mientras que, de manera personal, tiene la convicción del respeto a los derechos y protección de los animales, lo cual le ha permitido tener y cuidar sus mascotas, entre los que enlista gatos, perros, tlacuaches, patos y peces, entre otros.
Aunque dice que admira a varios personajes de la historia política, su favorito es Winston Churchil, mientras que en la política actual mexicana se refiere a Cuauhtémoc Cárdenas.
Definitivamente no cocina, pero le gustan mucho los chilaquiles, la sopa de tortilla y la pizza; prefiere el tequila y el mezcal.